La ortodoncia es la parte de la odontología que estudia, previene y corrige las alteraciones del desarrollo, las formas de las arcadas dentarias y la posición de los maxilares, con el fin de restablecer el equilibrio morfológico y funcional de la boca y de la cara, mejorando también la estética facial.
El tratamiento correctivo está dirigido a corregir una maloclusión consolidada.
Se trata de aparatos tanto fijos como removibles diseñados para modificar la posición de los distintos grupos de músculos que influyen sobre la función y el desarroloo del maxilar y la mandibula. Por lo general, se recomiendan durante la dentición temporal o la mixta.
Aparatos removibles.
Son los aparatos que el paciente puede quitar para limpiarlos, pero cuando se los coloca van firmemente sujetos a los dientes. Son muy útiles para la expansión del maxilar y de la mandibula, apiñamiento leve, así como para movimientos dentarios muy específicos.
Aparatos fijos (brackets).
Es una ortodoncia formada por la combinación de brackets, elementos metálicos o cerámicos pegados a los dientes y de arcos de metal que los atraviesan. Los aparatos fijos tienen capacidad para desplazar de forma individual todos y cada uno de los dientes en cualquier dirección, lo que no sucede con los demás aparatos.
El tratamiento de ortodoncia con aparatos fijos puede estar asociado a una mayor inflamación gingival y sangrado de encías, entre otras afecciones, ya que la higiene bucal es más complicada de realizar (especialmente las zonas interproximales), por lo que las personas que van a iniciar un tratamiento de ortodoncia deben tener un buen estado periodontal y un seguimiento continuo durante todo el tratamiento.
Los objetivos de la ortopedia dentofacial son corregir la anchura, la longitud o altura de los maxilares, modificar el crecimiento cuando esté alterado, favorecer una mejor erupción dental, disminuir o eliminar el apiñamiento dental, corregir hábitos de succión o deglución atípica, corregir las posibles asimetrías faciales modificando el crecimiento de los maxilares y conservar los espacios para los dientes permanentes que aun no hayan erupcionado.
La edad más adecuada para poder empezar la primera etapa del tratamiento ortopédico es durante la fase de crecimiento, hasta los 12 o 13 años en las niñas y hasta los 14 o 15 años en los niños.
A medida que la edad avanza, existe más desarrollo, la anomalía o maloclusión se hace más evidente y consecuentemente es más difícil de corregir. Un tratamiento tardío puede llevar a tratamiento ortodónticos de larga duración, con resultados poco exitosos, es por esto, que un tratamiento cogido a tiempo podrá solucionar y mejorar el pronóstico de la maloclusión y se evitará que a largo plazo que requieran tratamiento más complejos o más invasivos, como podría ser la cirugía ortognática.
En nuestra consulta somos especialistas en este tipo de tratamientos.